Agudizando el ingenio
Las estafas son el principal problema al que se enfrentan las aseguradoras. Ellas conjuntamente con la administración, no dejan de intentar nuevas estrategias para poner solución a este problema. Sin embargo, los estafadores siempre están a la busca de nuevas vías para burlar la seguridad y cobrar indemnización mal habidas.
El sector más perjudicado por este cobro indebido de indemnizaciones el del sector automovilístico. Siendo el 53% de las reclamaciones falsas, pertenecientes a este sector.
Si bien en años anteriores lo más común era encontrar estas malas practicas en daños o robos falsos al vehículo a fin de cobrar una indemnización, hoy en día, la práctica más recurrente es la de fingir daños personales directamente relacionados con el objeto del seguro. Esto se debe a que este tipo de indemnizaciones (las de daños personales) son de mayores cuantías.
El riesgo de intentar engañar al seguro.
Puede resultar muy suculenta una indeterminación de 6.000€ por un latigazo cervical o 70.000€ por un tobillo roto.
Existen personas, que al ver la posibilidad de cobrar indemnizaciones como éstas, deciden fingir las lesiones, aún arriegándose a que al final la jugada le resulte realmente cara.
Para ello el estafador deja volar su imaginación y agudiza el ingenio, exagerando las lesiones y la importancia de un pequeño impacto y hasta simulándolo por completo.
Pero este tipo de prácticas están cada vez mas perseguidas y cada vez se dan más casos de estafadores desenmascarados, con sus consiguientes consecuencias.
Un engaño demostrado a una compañía de seguros puede comprender pena de prisión de 3 meses a 6 años, dependiendo de la gravedad del delito.
Además, puede (conjuntamente o no) conllevar multas económicas realmente grandes. A todo esto hay que sumarle la aparición de su perfil en las «listas negras» que comparten las aseguradoras, a fin de protegerse entre todas ante estas personas. Esta «marca» que le queda al perfil puede acompañar a la persona el resto de su vida.
El latigazo cervical, «la vedette» de las estafas.
Entre las tretas más comunes de quienes pretenden estafar a las compañías de seguros está el latigazo cervical. Dada la dificultad que tiene su diagnóstico, sumado a la frecuencia de su aparición, es uno de los fraudes más recurrentes.
Por esta causa es una de las indemnizaciones más inspeccionadas, con lo que ahora resulta riesgoso para los estafadopres como estrategia.
Además del «latigazo», otra treta muy común son las apariciones de abolladuras y golpes exagerados a posteriori. También la simulación de golpes y choques inexistentes.
(Fuente: ABC.es)
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